Tomé mis palabras y las pondré a dormir eternamente
recorté renglones y han quedado guardados,
minutos vividos y pensamientos diseminados por montones.
He terminado y respiro satisfecha, no creo necesitar más de lo concebido.
Vamos a vernos y ya no diagnostiques nada, sólo evalúa lo que debas.
Me vuelvo a subir para ver el paisaje, me quedo con todo,
con el egoísmo más puro imaginable.
Renuncio en lo que reste,
no por queja sino por salud y prevención emocional.
No me gusta arriesgar demasiado, menos en épocas de sequía.
Sólo adiós.
6 de abril de 2009
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