He tomado algo de hilo, una aguja de canevá y muchos trozos de tela desfigurados por el tiempo. Estuve sentada sobre piedras de granito que con el frío se convertían en témpanos casi infinitos. No has pasado, mientras coso una almohada para esperarte, no quisiera dormir pero creo que sería lo más saludable. Sé que no debes ocupar mucho tiempo.
Voy a echar abajo la cortina, es hora de cerrar de nuevo los ojos.
27 de febrero de 2009
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