25 de febrero de 2009

Muerte y otros fenómenos

Al final de cada día lo que queda es cerrar los ojos. Siempre he sentido cierto respeto por el único paso que no domino. Hace mucho tiempo mis encuentros cercanos con la muerte conformaron una manera de ser que la hizo casi natural, sin embargo el aroma de morir se distorsiona con cada ente que veo que desaparece.

Cuando se trata de un familiar es una tremenda sacudida de realidad, es como quitarse el agua del cabello y establecerte a fuerza en otro espacio del que sólo se sale uno cuando apuesta por lo superficial. Si la muerte es una pérdida de consciencia, todos los días la experimento ya sea por voluntad propia o por farmacodependencia.

Ah, les dejo una gota de pensamiento que no sé dónde termina, bueno, terminará donde deba.

Consulta 3:
¿Como de qué grosor es vuestro cuello?

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